Si el río está sucio... es porque riles trae
Tanto hemos contaminados las aguas en el mundo y en nuestro país, que nos vimos en la necesidad de tratar algunas de ellas y "potabilizarlas" con el fin de poder tomar el vital elemento con un mínimo de confianza.
De hecho, la contaminación de ellas comenzó en el siglo XVI, en relaves mineros artesanales, pero éramos tan pocos sobre la faz de la Tierra que los resultados de nuestras prácticas inconscientes no se vio reflejado en el entorno sino hasta fines del siglo XVIII en Europa y a principios del XX en nuestra región.
Pero el problema en Chile a esas alturas no era menor, al punto que en 1916 se dictó la Ley 3.133 sobre neutralización de los residuos provenientes de establecimientos industriales donde se especificaba que las industrias no podrían verter sus remanentes líquidos en el alcantarillado sin previo tratamiento. Seis años antes, se había inaugurado el sistema de alcantarillado de Santiago.
La contaminación de los cauces superficiales tiene su principal origen en las descargas directas de residuos industriales líquidos (riles) y de aguas servidas domésticas sin previo tratamiento. También influyen las descargas difusas derivadas de actividades agrícolas o forestales, que llegan a las masas o corrientes de agua superficiales y/o subterráneas.
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Tanto hemos contaminados las aguas en el mundo y en nuestro país, que nos vimos en la necesidad de tratar algunas de ellas y "potabilizarlas" con el fin de poder tomar el vital elemento con un mínimo de confianza.
De hecho, la contaminación de ellas comenzó en el siglo XVI, en relaves mineros artesanales, pero éramos tan pocos sobre la faz de la Tierra que los resultados de nuestras prácticas inconscientes no se vio reflejado en el entorno sino hasta fines del siglo XVIII en Europa y a principios del XX en nuestra región.
Pero el problema en Chile a esas alturas no era menor, al punto que en 1916 se dictó la Ley 3.133 sobre neutralización de los residuos provenientes de establecimientos industriales donde se especificaba que las industrias no podrían verter sus remanentes líquidos en el alcantarillado sin previo tratamiento. Seis años antes, se había inaugurado el sistema de alcantarillado de Santiago.
El problema de la contaminación de las aguas por residuos líquidos industriales, más conocidos como RILES, no fue tan grave sino hasta principios del siglo XX, cuando la población de la capital comenzó a crecer producto, en gran medida, de las migraciones campo-ciudad que comenzaron a registrarse en ese entonces.
La mayor demanda de servicios y el progreso técnico e industrial, que no tenía dentro de sus parámetros la amistad con el entorno, fueron factores cruciales en el posterior deterioro de los cursos de agua en toda la región, ya en aquella época la más poblada del territorio nacional.
En la actualidad, la mayoría de las industrias utilizan de una u otra manera el agua, de forma que al terminar el proceso industrial el líquido usado ha sido degradado por adición de sustancias o de características físicas contaminantes y se convierte así en un desecho.
El gráfico que sigue nos muestra que la gran mayoría de las descargas de riles se da en el sistema de alcantarillado, seguido por la infiltración en los suelos.
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