La idea es depurar los residuos cloacales antes que lleguen al río
Pero no contempla el tratamiento de los residuos industriales, que son más contaminantes
Para financiar el plan aumentarían la tarifa del agua
Un cóctel de desechos industriales, cloacales y pluviales contamina el Río de la Plata y afecta la salud de la gente. Un plan elaborado hace tres meses por la Secretaría de Recursos Naturales apunta a eliminar la contaminación cloacal y pluvial, pero los ecologistas dicen que no se ataca el punto más grave: los desechos industriales.La Secretaría, tras el fallido intento de sanear el Riachuelo en mil días, ahora propone invertir 1.700 millones de dólares para que los residuos cloacales y pluviales de los 10 millones de habitantes de la Capital y el conurbano reciban un tratamiento depurador antes de llegar al río. La idea es que Aguas Argentinas haga las obras, y que se financien, en parte, con un aumento en la facturación a los usuarios.Si el proyecto prospera y se firma el decreto, quienes tienen el servicio de cloacas deberán pagar dos pesos más por bimestre y los que no lo tienen, un peso.Pero los ecologistas insisten en que primero se controlen los desechos industriales, cuya descarga produce alrededor del 70 por ciento de la contaminación. Y piden cifras globales y oficiales de quiénes contaminan y con qué contaminan el río.En tanto, el pedido sigue vigente: ¿En algún momento será posible curar la costa? La primera imagen es desalentadora. Bajo el puente Nicolás Avellaneda -donde el Riachuelo desemboca en el Río de la Plata- el agua es completamente negra. Cubierta de manchones aceitosos, no se priva de burbujas ni remolinos producidos por descomposición y fermentación. Lo único que falta es oxígeno.Con los ojos cerrados, a bordo de una embarcación y en medio de ese canal de dos metros de profundidad, se siente olor a huevo podrido. Y esto es químicamente exacto: en el huevo podrido y en el Riachuelo hay bacterias que desprenden la misma sustancia (sulfuro de hidrógeno).La escena, aunque con menor intensidad, se repite en muchas desembocaduras de los 25 canales y arroyos que llegan al río entre San Isidro y Magdalena.En el Riachuelo -en cuyas orillas viven 3.500.000 personas según la Red Nacional de Acción Ecológica- se vierten todos los días 89.000 metros cúbicos de efluentes industriales. Se calcula que al cabo de un año se vierten allí clandestinamente 500.000 toneladas de desechos industriales y cloacales sin tratamiento, dice Juan Schroder, integrante de la red que agrupa a 70 organizaciones ecologistas. Las sanciones son casi inexistentes.Sólo a las cuencas del Riachuelo y del Reconquista, según la Red Nacional, llegan residuos tóxicos de 37 mil industrias.Según la ingeniera química Etelvina Arraga, del Departamento de Oceanografía del Servicio de Hidrografía Naval, la contaminación severa tiene un ancho de 500 metros y la gravedad del Riachuelo es seguida por los basurales sobre Vicente López y Olivos, las descargas industriales de los arroyos Sarandí y Santo Domingo y la descarga cloacal de Berazategui.Este partido de la zona sur recibe los desechos cloacales de 6 millones de habitantes de Capital y el Gran Buenos Aires. Son 550 mil metros cúbicos de desechos diarios que se vuelcan sin ningún tratamiento a dos kilómetros de la costa.El conducto sale del fondo del agua. La superficie se ve más calma que el resto del río. Alrededor de un tanquecito de hierro sobre una base de hormigón, las gaviotas buscan alimento. La cantidad de peces, atraídos por la materia orgánica, es una tentación para los pescadores que no reparan en que el consumo de estos animales puede traer desde diarreas y hasta cólera.El proyecto que implementaría Aguas Argentinas incluye la construcción de caños interceptores que transporten desechos cloacales y pluviales hasta plantas depuradoras en Capital, La Matanza, San Fernando y Berazategui. Allí se tratarían los desechos sólidos con bacterias para que disminuya su carga contaminante.Las plantas depuradoras deberían hacerse antes que los conductos. Y además lo primero que habría que controlar es el volcado de efluentes industriales con una red de monitoreo coordinada y con multas a los infractores, opinó Schroder.Para Verónica Odriozola, coordinadora de la Campaña de Tóxicos de Greenpeace es prioritario que se haga un estudio completo con cifras totales, para saber sobre todos los desechos que van al río, directamente o a través de desagües.Ya en un informe de 1995, el Departamento Geográfico de la Oficina Regional de América Latina del Banco Mundial evaluó que en la Argentina la contaminación ambiental es, principalmente, consecuencia del desarrollo industrial con un marco de reglamentaciones inadecuado y un déficit de décadas en materia de infraestructura sanitaria y de tratamiento de desperdicios. Mientras tanto, el río espera.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario